Hace medio siglo tuvo lugar en Chile el golpe de Estado liderado por el general Augusto Pinochet, que puso fin al gobierno socialista de Salvador Allende. A 50 años, los chilenos vuelven sobre la historia mientras muchos siguen buscando a sus muertos.
Patricia Cartes no supo más de su esposo Fernando Olivares Mori desde el 5 de octubre de 1973, cuando militares al servicio del general golpista Augusto Pinochet se lo llevaron al Ministerio de Defensa de Chile en calidad de detenido. A 50 años del golpe de Estado su decisión de exigir "verdad y justicia ahora" es firme.
Al otro lado del espectro político, Francisco Muñoz, líder del movimiento de ultraderecha "Team Patriota", niega el golpe de Estado que puso fin al gobierno socialista de Salvador Allende.
"Partamos de la base de que no fue un golpe de Estado, fue un pronunciamiento militar, se estaba gobernando al margen de la ley, se estaba gobernando al margen de la Constitución, y por eso viene la intervención militar", dice Muñoz.
Y es que medio siglo después del golpe militar que mantuvo a Pinochet 17 años en el poder, muchas emociones de uno y otro lado siguen vivas y clamando por la verdad.
Cifras del Ministerio de Justicia basadas en investigaciones de varias comisiones impulsadas por el Estado chileno desde 1990 indican que unas 40.175 personas fueron ejecutadas, detenidas y desaparecidas o torturadas; 1.469 personas fueron víctimas de desaparición forzada y 377 ejecutados cuyos restos nunca fueron entregados a sus familiares.
"No queremos saber ya nada de esto"
A 50 años del golpe no faltan los chilenos agotados entre el dolor y la desesperanza.
"Mi papá fue un idealista del Partido Socialista", dijo a la VOA Ulises Casanova Pino, quien llegó la pasada semana a dejar flores a su padre y a su hermano, ambos muertos durante la dictadura.
Casanova Pino contó que su hermano estuvo en la lista de desaparecidos hasta el año 1991, cuando se supo que había sido ejecutado el 24 de septiembre de 1973 en Santiago de Chile por militares bajo las órdenes de Pinochet. Tenía 34 años y era soltero.
"No queremos saber nada de esto. Lo único bueno es que venimos a verlos. Es el consuelo que nos queda", dijo con evidente tristeza.
"¿Dónde están?"
El gobierno del presidente Gabriel Boric presentó la pasada semana su Plan Nacional de Búsqueda, con lo que espera dar respuesta a la pregunta que se siguen haciendo miles de chilenos sobre las personas que desaparecieron durante el mandato de Pinochet: "¿Dónde están?"
“Con esta política pública, que es permanente, nos hacemos cargo como Estado, no sólo como gobierno, como Estado, de hacer todo lo que esté a nuestro alcance, e ir corriendo las barreras de lo que nos han dicho que es posible, para esclarecer las circunstancias de desaparición y/o muerte y el destino final de las y los compatriotas víctimas de desaparición forzada”, dijo Boric al presentar su plan el pasado 30 de agosto.
El plan del actual gobierno chileno fue preparado durante meses con el apoyo de agrupaciones de víctimas y sus familiares. En cuestión, el plan quiere sintetizar información que aún pueda estar disponible o sin clasificar en archivos, causas judiciales y otras instancias.
El objetivo del plan es "esclarecer las circunstancias de desaparición y/o muerte de las personas víctimas de desaparición forzada, de manera sistemática y permanente, de conformidad con las obligaciones del Estado de Chile y los estándares internacionales", de acuerdo con la página digital del programa.
"Será a partir de hoy una nueva herramienta institucional contra el olvido", dijo Boric, enfatizando que la información obtenida podría servir también para los procesos judiciales en curso.
Hasta la fecha en Chile ha habido decenas de juicios y condenados por violaciones a los derechos humanos entre 1973 y 1990. Pinochet, que murió en diciembre de 2006 a los 91 años de edad, nunca fue condenado en tribunales por su responsabilidad en los crímenes.
La responsabilidad a medio siglo del golpe de Estado
A 50 años del golpe, de quién o de quiénes fue la responsabilidad sigue siendo una interrogante histórica. El tema también divide a los chilenos.
"Sin duda que Estados Unidos también tuvo injerencia en eso, como también la tuvo Cuba y la Unión Soviética (Rusia actualmente)", dijo a la VOA Francisco Muñoz, líder del movimiento de ultraderecha "Team Patriota", durante una manifestación en la que su grupo portó banderas chilenas. "Estados Unidos para derrocar a (Salvador) Allende y Cuba y Unión Soviética para mantener a Allende", añadió.
El apoyo del gobierno cubano al líder socialista Salvador Allende se concretó durante una visita a Chile a fines de 1971, lo que generó entonces una gran controversia en el entorno político interno, con preocupaciones sobre el rumbo del socialismo chileno bajo una eventual influencia de la revolución cubana y sus líderes.
Durante una aparición pública por esos días y de acuerdo con diarios de la época, Allende y Castro hablaron de trabajar en conjunto bajo principios del latinoamericanismo y el antagonismo respecto al modelo capitalista proveniente de Estados Unidos que marcó la Guerra Fría.
Por otro lado, documentos desclasificados por Estados Unidos evidencian que el gobierno de turno en la Casa Blanca en aquel momento al menos sabía lo que estaba ocurriendo en la nación sudamericana, por lo que algunos a lo largo de estas décadas han exigido una disculpa de Washington.
En una columna de opinión publicada en el diario español El País, el actual embajador de Chile en Washington, Juan Gabriel Valdés, resalta "la solidaridad" de países de la región e incluso de personalidades de Estados Unidos en la denuncia del golpe militar, y a la vez alude al rol del gobierno del presidente Richard Nixon y su asesor Henry Kissinger en los hechos de la década de 1970 en Chile.
"Existe abundante documentación acerca de la participación del Presidente Richard Nixon y su asesor de confianza Henry Kissinger en un intento de golpe frustrado contra Salvador Allende en 1970 (...) [Existe documentación de los archivos secretos de EEUU desclasificados] de distintas acciones que van desde la decisión de Washington de sabotear la economía y apoyar la causa subversiva de grupos extremistas en el país durante todo el gobierno de la Unidad Popular, hasta la abierta complicidad de Kissinger con la dictadura de Pinochet", expone el artículo.
A la vez, indicó: "Probablemente, este tipo de hitos son responsables de una carga perniciosa donde Estados Unidos figura como cómplice de la dictadura. Sin embargo, la historia ha tendido a omitir la otra cara de la moneda, en donde innumerables políticos y activistas de Estados Unidos alzaron su voz de condena tanto al quiebre de la democracia en Chile como a la violación de derechos humanos posterior", en alusión a la labor de denuncia de políticos como el expresidente Jimmy Carter, el exsenador Edward Kennedy y otros a lo largo de este medio siglo.
Un árbol por la verdad
Por estos días, previo al 11 de septiembre, los chilenos como Dafne Concha salen a la calle como parte de un activismo que se resiste a olvidar.
"Plantar un árbol por la vida no es decir que solamente hay futuro, es plantar un árbol que tiene que rememorar la verdad", dijo Concha a la VOA mientras plantaba un árbol.
"Por la vida, la verdad y la justicia para que nunca más pase en Chile", concluyó mientras ponía tierra a un quillay, un árbol emblemático del mediterráneo chileno, capaz de crecer en suelos poco fértiles y resistente a los cambios de temperaturas y la sequía.
Cadena aliada de noticias Voz de América.
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